Conociendo la nomenclatura de las partes del abanico, se pueden identificar los diferentes estilos. Los principales son:
En función de la decoración, decorados o sin decorar. Encontramos piezas que exhiben la belleza de la tela y la madera sin ningún adorno pintado o con adornos. (Independientemente del calado).
Dependiendo de la decoración a una cara o ambas (abanicos de doble cara).
En función del calado (trabajo de perforación en el varillaje de la pieza). Calados o sin calar.
En función del país (tela). Con la tela o sin ella, dentro de esta primera categoría se encuentran otras tres según la proporción de la misma en relación a las varillas: Tela clásica (una proporción tradicional, aproximadamente 1/3 tela y 2/3 varilla), tela intermedia (el país es aproximadamente la mitad que en el caso anterior) y por último, tela estrecha (de nuevo el país es la mitad que en el caso anterior siendo por consiguiente bastante estrecho).
Cuando un abanico no tiene país y sus varillas son más estrechas de lo habitual, pasa a llamarse “baraja”, siendo por ello más pesado que los abanicos convencionales.
En función del tamaño. Abanicos pericones (con un ancho país y gran tamaño), abanicos tradicionales (de unos 23 cm aproximadamente, 9 pulgadas) y abanicos para bolso (ligeramente más pequeños, de unos 19-20 cm, 7,5-7,8 pulgadas) o de caballero, estos últimos más sobrios.
Por último, también se pueden diferenciar dependiendo de los materiales utilizados, diferentes tipos de maderas, telas, etc., siendo las combinaciones posibles prácticamente inagotables.
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